miércoles, 4 de abril de 2012

La monopolización de la moda

Veo a mucha barbie de pegatina alardear de moderna y de estilosa cuando no ve más allá de Inditex, que ha monopolizado el mundo de la moda a nivel de la calle.
La clave es saber elegir y combinar, pero es difícil combinar nada cuando la mayoría de las tiendas ofrecen lo mismo en lo que a formas y colores respecta. Lo que se sale de la norma establecida por los que eligen cuales son las prendas de temporada tildan de antiestético y pasado de moda lo diferente. Lo malo viene cuando eso mismo empieza a salir por boca de la vecina. Me descojona que hable de que algo esta pasado de moda la neohippie de plástico que compra en Pull&Bear pantalones que se llevaban hace cuarenta años. Por no hablar de las gafas de aviador o de las Victoria que llevámos en haur hezkuntza

De todas formas vestir es necesario y por tanto, ¿es realmente importante pararse a reflexionar sobre la evolución de la moda en los ultimos años? Es algo que yo si me he parado a pensar porque me interesa, porque de la ropa se ha echo una industria inmensa de una forma completamente innecesaria ya que realmente da igual si te haces un vestido en casa con una navaja y un saco de patatas. Una vez más los mercados han metido el morro corrompiendo inimaginablemente algo que se puede considerar como una forma de expresión -de hecho, es como yo lo veo. Tener eso en cuenta SÍ es importante e invito a la reflexión porque la moda influye muy notablemente en la sociedad de consumo y los que mueven el cotarro nos manejan como les da la gana.

No es tanto meterme con los que visten con prendas del año de la pera, -cosa que me da igual- si no con los que hablan sin tener ni puta idea. Y es que esto va más allá. Más allá de lo que opine la niña de 17 años sobre como van sus compañeras de instituto. Es una cuestión de clases  -una vez más- y la distinción entre el gusto de necesidad y el gusto de lujo es importante. La ropa (al igual que los coches) dejó hace mucho de ser ropa para convertirse en una identidad y las grandes marcas se han apropiado, de algún modo, de lo barriobajero y lo han colocado tras su escaparate pidiendo por ello una burrada de dinero. Un ejemplo claro han sido los pantalones de pana y los vaqueros rotos que están a la orden del día. La originalidad y la innovación murieron cuando se consideró mas rentable la reutilización, y no precisamente en un sentido ecológico o en favor de los que no se pueden permitir comprar ropa cada año según la moda cambie, porque "reutilizan" estilos de hace cerca de medio siglo. La ignorancia y la fragilidad de espíritu impulsan una vez mas a la gente a querer dar una imagen de algo que no es -una imagen elitista- pagando por reliquias disfrazadas de modernidad. Y es que, al margen de que a mí me gusten o no, yo no voy a tener nada en contra del que decide comprarse unos pantalones de pana, pero sí que me posicionaré en contra del modernito que los lleva por aparentar, y si es acaudalado despreciando el origen de los mismos (eran usados frecuentemente por la clase trabajadora).

Este es un tema complejo, y habría que explicar también el poder de los mass media, por ejemplo, pero no puedo tirarme aquí toda la tarde. Lo que sí me parece vomitivo es la escandalosa admiración que se tiene por los millonetis y la enfermiza obsesión de ser como ellos. Si mañana Beyoncé aparece rapada al 2 y se tiñe lo que le quede de verde empezaré a ver cabezas verdes por la calle allá donde vaya. Si me lo hago yo cavarán un hoyo de críticas y me enterrarán alli. Espero que nunca se me olvide por qué me llama tanto eso de diseñar ropa y que si acabo cosiendo para anoréxicas sin autoestima alguien me pegue un tiro.

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