Revolución y tecnología

    Llevo un rato dándole vueltas a un tweet que he leído antes y que no es la primera vez que veo. Es así como diciendo que no se puede ser revolucionario, ir en contra del sistema y tal si se tiene un iPhone, o cualquier otro dispositivo innovador (mas que innovador, es que ahora puede pagarlo más gente).
    Lo he pensado, y me parece bastante absurdo. Comprensible que parezca una contradicción, por otro lado. El estar a favor y aprobechar el avance de la tecnología no tiene que ver con estar a favor del modo y del fin con el que se crea. Este tipo de herramientas, ya sea un ordenador, teléfono móvil, iPad, o lo que sea, son útiles porque proporcionan una serie de posibilidades que antes no habia. Otro asunto seria discutir si realmente nos hacen falta como para pagar por ellos. A medida que los precios bajan (o nos lo presentan de manera que no parezca que nos roban un riñón para cobrárnoslo) y el uso de ciertos objetos se extiende, acaba por normalizarse. Hace diez años tener ordenador era algo excepcional e innecesario si no era por trabajo. A día de hoy, lo excepcional empieza a ser no tener Internet en el móvil.
    Lo que quiero decir es que oponerse al sistema no es oponerse a la tecnología, porque al fin y al cabo para calentarnos el jodido plato de macarrones usamos un microondas y para sacar fotos cámaras digitales. A ver si ahora va a haber que pedir perdón por tener ideales y controlar el mundo virtual. Ni todo lo moderno es bueno, ni todo lo, llamémoslo tradicional, es adecuado. Algunos deben de creer que si se instaurara el comunismo o el anarquismo viviríamos en cavernas.
Esto me recuerda a una crítica que le hicieron una vez a Nega, si no recuerdo mal, por tener un Mac. Y él contesto muy acertadamente al decir que había olvidado que Windows financia a las FARC.

    A veces los que opinan de la vida creyendo que lo saben todo son peores que los que solo les importa ser modernitos. Y a mí se me hace inevitable meterme en ese primer saco de vez en cuando